Los desafios del riego en Biobio

fecha: 23-09-2015
LOS DESAFÍOS DEL RIEGO EN BÍO BÍO

Asociación Canalistas del Laja

Publicado Por Carolina Basso , LaTribuna

En la columna anterior, entregábamos nuestra favorable opinión a la idea de estudiar y construir embalses estacionales en nuestra provincia. Lo fundamentábamos en tres razones principales: Hidrológicas, en consideración a la concentración de lluvias en los meses invernales y luego largos periodos secos. Geográficas, relacionadas con el alto desnivel existente entre el origen de los ríos y su desembocadura en el mar y; Económicas, referidas a la importancia del agua en el desarrollo de importantes actividades productivas de nuestra zona.

 

Adicionalmente y siempre en el sentido de apoyar la idea de construir embalses, está la realidad local insoslayable de los conflictos que cada día se hacen más contingentes entre los distintos usos que del agua se hace y, específicamente de los intereses económicos y sociales de los usuarios. Así la generación, la agricultura y las actividades turísticas están permanentemente enfrentándose por el uso de las aguas, tanto por la cantidad que cada una de ellas requiere, como especialmente por la temporalidad en la conveniencia de los usos.

 

Sin embargo, sólo reducir la conflictividad a estos sectores, es reducir también el problema real. En efecto, existen otros usos o requerimientos que la comunidad, como un todo, también plantea, como es el caso de lo recreacional y la voluntad, cada vez mayor, de tener consideraciones del tipo ambiental.

 

Así vista la situación, está clara la necesidad de embalsar los excedentes invernales y llevarlos a disponibilidades de primavera y verano, pero también es importante que el diseño de este tipo de embalses contemple la diversidad de demandas por recursos hídricos, de tal forma que el desarrollo de este tipo de obras responda efectivamente a las altas expectativas que despiertan y que constituyen los fundamentos de su construcción.

 

No obstante lo anterior, es conocido la ruta que tiene este tipo de grandes proyectos hidráulicos y el tiempo que lleva transformar la idea a una obra concreta. Es una verdad empírica que desde que nace la idea, pasando por estudios de prefactibilidad, análisis materiales, estudios de factibilidad técnica y económica, exploración de financiamiento, hasta su concreción, transcurren varias décadas. ¿Qué hacer entonces en el intertanto?.

 

En primer lugar, dar fuerza a la idea, convencer y comprometer a los organismos públicos locales y a organizaciones privadas relacionadas, de tal forma de conformar un frente común que sea capaz de llevar esta demanda social hasta los niveles del Estado donde se deciden estas grandes obras. Luego, establecer una organización que mantenga vigente la idea y esté permanentemente gestionando avances que permitan posicionar este proyecto frente a la gran cantidad de demandas que el Estado recibe. Aportar con claridad y fundamento, los beneficios esperables de una obra de acumulación de aguas, tanto de la perspectiva económica como social; proponer desde su inicio, una gestión integrada, donde prevalezca el bien general por sobre un tipo de uso en particular, aprendiendo de los errores pasados donde se construyeron grandes embalses (Pangue y Ralco), orientados al uso exclusivo de generación y sin consideraciones de tipo comunitario y/o como, el Lago Laja, donde una mala gestión ha llevado a un embalse natural de inmensa capacidad a su virtual agotamiento.

 

Lo que venga después es imposible de prever, pero lo que es seguro de estimar, es que habrá de tener mucha paciencia y persistencia, aquella que nace de la convicción de luchar por causas que son trascendentes.

 

DIRECTORIO

ASOCIACIÓN DE CANALISTAS DEL LAJA


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