Fue subscrito por el Gobierno, organizaciones de regantes del Bío y Endesa Chile.
El Lago Laja, el embalse natural más grande del país y de la más importante fuente de energía hidroeléctrica de Chile, hace casi un año enseñó una de las peores postales de la provincia.
“Hilos de agua” caían por el conocido salto del mismo nombre, por el cual tradicionalmente corren cantidades gigantescas de agua que llegan a generar el efecto de lluvia para sus admiradores.
El escenario no fue el mismo en febrero del 2014, cuando la peor crisis hídrica afectó el cauce del río. En aquella oportunidad, los turistas llegaron a bromear con venir a ver “las rocas del salto” y no el agua.
La situación generó preocupación de la comunidad local, principalmente de sus agricultores, quienes trataron de buscar una solución para que sus plantaciones no se vieran tan afectadas por la sequía que se arrastra desde 2011.
En ese sentido, en el mismo mes del 2014 fue publicado el decreto de escasez hídrica, realizado por la Dirección General de Aguas del MOP. La medida que afectó por cuarta temporada consecutiva a la zona tuvo como finalidad aminorar las consecuencias de la sequía.
Con el objetivo de recuperar el caudal, el sábado se firmó un convenio de uso eficiente de las aguas del Lago Laja, entre el Gobierno, organizaciones de regantes locales de Bío Bío y Endesa Chile.
El acuerdo permitirá asegurar las necesidades de riego para 117 mil hectáreas, crear una reserva y permitir el funcionamiento de las generadoras hidroeléctricas más grandes del país.
El protocolo del vital elemento comenzará a regir el próximo año y crea acuerdos con conceptos de volumen. Es decir, que se dispondrá de 700 millones de metros cúbicos fijos y 200 millones de metros cúbicos variables, dependiendo de la condición hidrológica del lago.
Del total fijo, 300 millones de metros cúbicos serán destinados a riego e igual volumen a generación de energía; la diferencia será para utilización combinada, de ser necesario.
MÁS AGUA
El nuevo acuerdo establece mediciones del volumen de agua en el lago, lo cual es lo más destacado explicó el ministro de Obras Públicas, Alberto Undurraga.
“Hemos firmado el acuerdo de uso de aguas más importante de Chile, el cual permitirá que las aguas del Lago Laja entreguen energía suficiente al sistema energético de Chile y, de la misma forma, regar más de 110 mil hectáreas”, puntualizó Undurraga.
El ministro agregó, además, que el documento permitirá aumentar el caudal. “Podemos garantizar que durante el año que sigue, tendremos el agua suficiente ya sea para el riego y energía. Este acuerdo tiene un agregado adicional, en donde las partes se comprometen, y el sistema está pensado para ello, para ir aumentando el agua del Lago Laja, de manera que en los años sucesivos tendremos más agua para los sectores”.
De manera entusiasmada, aclaró que los involucrados no pierden con el convenio. “Con este acuerdo todos ganan. En primer lugar, gana el lago porque se plantea expresamente la voluntad de aumentar su volumen y se toman medidas para ello; ganan los regantes porque aseguran agua en meses de riego y, en el mediano plazo, gana Endesa porque dispone de agua con mayor flexibilidad”, expresó Undurraga.
REBAJA EN LAS CUENTAS
Por su parte, el ministro de Energía, Máximo Pacheco, recalcó la importancia del embalse local.
“La mitad del agua que está embalsada en Chile, está embalsada en el Lago Laja; por lo tanto, como sector de energía sabemos que el agua es una fuente de energía limpia, barata y el gran desafío es convivir con los otros sectores de la economía, con el sector del riego, y yo creo que este convenio muestra que somos capaces de convivir de manera armónica y con soluciones que nacen del buen diálogo”, puntualizó el ministro.
Pacheco señaló que el aporte energético del embalse permitirá mejorar las tarifas de la electricidad. “Tenemos en Laja el 10% de toda la generación que tiene el sistema interconectado central, de manera que al hacer un buen uso del lago nos permite detener el alza de las cuentas de la luz. El proyecto ya está en el Senado, estamos en las indicaciones específicas y esperamos que durante el primer trimestres del próximo año el proyecto esté aprobado y quede reflejado en las cuentas de luz de los hogares”.
GARANTIZA EL RIEGO
El Ministro de Agricultura, Carlos Furche, indicó que “lo que se formaliza hoy tiene importancia en varios sentidos. A los regantes les garantiza que en el futuro tendrán recursos hídricos disponibles para desarrollar sus actividades productivas sin grandes contratiempos y que, en caso de que se produzca escasez hídrica o menos precipitaciones, esto será compartido entre todas las actividades productivas y no solamente por la agricultura”.
Finalmente, Furche explicó que el convenio firma un precedente. “Creo que este proyecto que data de 1958, con condiciones que han cambiado enormemente desde esa fecha, también tiene una importancia simbólica porque abre un camino para que en otros lugares, en que hay situaciones parecidas, podamos encontrar fórmulas de solución que permitan la convivencia armónica entre las distintas actividades productivas”, expresó el ministro.
Además de ser presidida por los ministros de Obras Públicas, Energía y Agricultura, en la actividad participó el gerente general de Endesa Chile, Valter Moro; el senador Víctor Pérez Varela; los diputados José Pérez Arriagada y Roberto Poblete; el intendente de la Región del Bío Bío, Rodrigo Díaz; el gobernador de Bío Bío, Luis Barceló y representantes de organizaciones de regantes.
DATOS
Al 1º de diciembre de 2015, el Lago Laja acumulaba 1.416 millones de metros cúbicos. En comparación a igual fecha de 2014, esa cifra implica unos 76 millones de metros cúbicos adicionales.
Pese al crecimiento, el nivel actual representa cerca del 25% del volumen útil del lago.
El acuerdo firmado permitirá extraer 700 hectómetros cúbicos (hm3) fijos y 200 hm3 variables, dependiendo de las condiciones hidrológicas del lago. De ellos, 300 hm3 serán destinados a riego y 300 hm3 a energía, quedando 100 hm3 en combinado, por si fuese necesario.
Además, se acordó hacer un balance al final de la temporada, cuyas fechas de medición sean simétricas (dos en primer semestre, dos el segundo semestre) y, con ello, recoger en dichas mediciones los resultados tanto de los deshielos de la época estival, como de las lluvias durante el período otoño-invierno.
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